Los compradores chinos acaparan casi un tercio de las ventas de productos de lujo, un mercado valorado en 275.000 millones de dólares. Más de la mitad de sus compras de artículos de lujo se realizan en el extranjero, ya que estos productos (sobre todo los cosméticos) están gravados con impuestos muy altos en su país de origen. En Europa, donde los productos de lujo pueden ser entre un 30% y un 80% más baratos que en China, las marcas de lujo como LVMH, Kering, Burberry y Prada, saldrán ganando con esta tendencia.
Por su parte, China es también una potencia mundial de la industria del juego. Se calcula que de los 61.000 millones de dólares en ingresos brutos por juego obtenidos en toda Asia, alrededor del 70% procedió de clientes chinos. Esa es la razón por la que muchos países están desarrollando macro-proyectos para atraer a los apostadores, con ofertas que integran vuelo (a veces en jet privado), alojamiento gratuito, visitas con guías que hablan mandarín e incluso compañía. Asimismo, muchos destinos están facilitando la llegada de turistas chinos eliminando la necesidad de visado u ofreciendo visado en destino. EE.UU. suavizó recientemente los requisitos de concesión de visados, que ahora se pueden obtener a través de 900 sucursales bancarias de toda China, mientras que previsiblemente el Reino Unido y otros países europeos relajarán sus condiciones de entrada a finales de este año. Se espera que estos cambios incrementen la demanda de viajes en avión a Europa y EE.UU. desde China entre un 12 y un 15% anual.